martes, 1 de enero de 2013

¿El o La Maratón?




Podría empezar diciendo que la gesta de Filípides no fue tal (esto de hacer 42 km con su armamento y armadura a cuestas.... tiene tela, tela) y que se le envió desde Atenas a Esparta a pedir ayuda a sus guerreros (aquellos del Au! Au! Au!) ante la inminente llegada de los persas a la ciudad ateniense, previo desembarco en la costera población de Maratón. ¿Os imagináis que el bueno de Filípides al volver a Atenas en vez de morirse, fuese a la taberna a tomarse unas birras? 

Podría optar por decir al respecto, que si Plutarco dijo ésto, Heródoto dijo aquello, Gumersindo de Azcárate dijo lo otro o Jiménez del Oso dijo lo del más allá. 

Realmente, apenas importa un comienzo u otro para esta entrada del blog. 

Como tampoco nos dice mucho el hecho de que el pedagogo e historiador francés Pierre de Frèdy (Barón de Cubertin) fuese el impulsor de los Juegos Olímpicos de la era moderna (o no tan moderna, según lo viejo que sea cada cual) y como tal del/de la maratón. 

Quizá aportaría un poco más de luz sobre el tema... si enchufamos una lámpara (ja ja ja ja ja ja. Reconozco que me he "columpiado" con esta gracia). Me refería a que si la mítica distancia de los 42 km fue aumentada en 195 m. debido a que la esposa del rey Eduardo VII se encaprichó en ver la salida de la carrera en los JJOO London 1908 pero no consintió en moverse de la residencia de Windsor. Se dice, se cree o se comenta, el motivo fue por que ese día llovía, por lo que hubo que instalar ante las puertas del palacio el inicio de la prueba. 

La distancia entre el palacio real de Windsor, donde comenzó la prueba y el estadio de White City, donde estaba la meta, era de 26 millas y 385 yardas. Es decir, 42 kilómetros y 195 metros. 

Ya véis qué poco puede interesar que los ingleses ya empezaban a liarla en aquellos tiempos (ayyyy!!! si no hubiese fallado la Armada Invencible). 

REALMENTE, y voy a ir al grano, una de las cosas que más me intrigó cuando allá por el año 2006 decidí preparar mi primera carrera de esta distancia fue el hecho de su nombre. Sí, puede ser sorprendente pero así es. 

No sabía si iba a preparar un maratón o una maratón (dat is de question!). Tenía claro que quería bajar de las 3:30 y sabía que iba a correr una carrera... pero no tenía conocimiento de su nombre. 

En castellano por lo general, las palabras acabadas en -n son masculinas ¿lo és también Maratón? Ej.: el maratón, el camión, el melón, etc. 

Por contra se hace referencia a una ciudad y las ciudades son femeninas, como las Meninas y como la torre del venido a menos Estadio Castalia. Ej.: la ciudad de Maratón, la ciudad de las Artes y el malgasto, etc. 

¿Será femenina o masculina la ciudad de El Campillo? ¿Híbrida tal vez? 

Esta diserción que aparentemente puede resultar banal, no lo es tanto ya que puede recordarnos al famoso "sexo de los ángeles" ¿A que no es tan fácil? 

Alguno (o alguna) se puede preguntar si cumplí con mis espectativas con respecto al tiempo tal y como esperaba pero quizá no sea esto tampoco lo más relevante. Lo realmente importante es que pasado el tiempo y habiendo participado en dos carreras más de estas características me persigue y sigue asaltando la duda ¿el maratón o la maratón? 

Sea como fuere, creo que tampoco importa demasiado si es femenino o masculino el género de los 42.195 m ya que quizá lo que más me seduce es haberos entretenido un ratito en la lectura de este blog y con respecto al o la maratón, creo, que como escribió Umberto Eco en el final de su libro más famoso: Nunca sabré el nombre de esta rosa. 

Noooooooooooooooooooooo. Se me acaba de ocurrir: ¿es maratón o es maraton? ¿lleva o no lleva tilde?