miércoles, 19 de diciembre de 2012

¡Maldición! PAPILOMAS

Hace algunos años cuando comenzó mi afición a las carreras de montaña, tuve una desagradable experiencia con 3 papilomas 3, que se convirtieron en más que un problema: un “problemón”.
Aprovechando las posibilidades que me presta el ciberespacio he rescatado de mi memoria dicho capítulo con el fin de compartir esta situación y explicaros cómo conseguí al final, librarme de ellas.

Éstos papilomas o verrugas plantares se convirtieron durante casi dos años en una continua tortura. Estaban presentes a cada paso, a cada zancada que daba. Se encontraban en la zona de apoyo del metatarso.
Durante el tiempo que fueron mis inseparables compañeras me fueron aplicados diferentes tratamientos tanto por médicos dermatólogos como por podólogos con larga experiencia en el tema (tratamientos que en ocasiones fueron muy dolorosos por las técnicas agresivas empleadas):
Compuestos de Ácido nítrico, láctico y salicílico, Crioterapia con nitrógeno líquido, ISDIN antiverrugas, Nitrato de plata, Ácido Salicílico, otros emplastos cuyos componentes desconozco pero que dolían muchísimo (incluso llegaba a estar 3 días sin poder tocar el suelo con el pié ya que quemaban por dentro), Crema Aldara (eficaz para los tumores) y aplicación de  Cantaridina al 0’7% cada día en la zona afectada previo rascado con una lija.
Los VPH y todo lo concerniente a ellos se convirtieron en mi gran obsesión valorando incluso la posibilidad de intervención quirúrgica, hecho que descarté debido a que nadie me garantizaba su desaparición y también desaconsejado por las secuelas en forma de molestas y dolorosas cicatrices que podían quedar permanentemente (vamos que me iba a quedar el pié peor que la nariz de la televisiva B. E.)
Durante la aplicación de los diferentes tratamientos no llegaba a entender cómo podía ser una “rara avis” ya que no se trataba de una enfermedad o infección desconocida y de igual manera como yo las había “conseguido”, cualquiera, incluso un deportista profesionale podría “adquirirlas” boicoteando su progresión, afición o profesión.
Mi frustración llegó a su cumbre el día que un podólogo de reconocido prestigio en mi ciudad y dilatada experiencia, al cual agradezco su dedicación y profesionalidad, llegó a decirme que se rendía. Que no conocía ya ningún otro tratamiento distinto de los que me había aplicado, bien por él o por los galenos a los que visité.
Me llegó a decir con desesperación que visitase a una “bruja” o “curandera”. Ni que decir tiene que me hundí en la más absoluta de las miserias (y no estábamos en crisis como ahora).
Que a los cuarenta y pico encuentre en el deporte (carreras de a pié) una satisfacción, evasión e ilusión inimaginable y que no pueda disfrutarlo por “el trío calavera”. Tiene bemoles!!!
Escribí en el foro de una revista de tirada internacional en la que se jactan de que si un campeón del mundo, que si un fenomenal doctor (antes atleta). Aún estoy esperando respuesta.
Siguiendo con la búsqueda de mi particular Piedra Filosofal (como Indiana co-Jones en busca del Arca Perdida) acerté a entrar en el foro del Atleta.com y una alma caritativa no tardó en responder lo que sería la gran solución y con ello mi enorme agradecimiento a una persona anónima y altruista que hizo resplandecer en mí una nueva ilusión (ya está, ya me ha salido la vena hortera).
Aceite Esencial del Árbol del Té. Si en la vejez, aparte de viruelas, me viene a visitar el tío este alemán, el tal Alzeinosequé espero que no borre de mi memoria el nombre de dicho aceite.
El tratamiento que seguí consistía en aplicar dicho líquido en la zona afectada cada noche y taparlo con film o plástico alimenticio (del que usáis para taparle la boca al "pariente o parienta" cuando “casca” demasiado) sujetándolo con esparadrapo.
Un día a la semana rascaba la zona de las tres verrugas (como el área de los 3 estados de Phineas y Ferb) con una cuchilla de las que venden en las farmacias para eliminar los callos (“a la madrileña”). Eliminando la piel “muerta” conseguía que la verruga creciese hacia fuera permitiendo “afeitarla” de manera que las raíces no profundizasen.
Y así con “paciencia y una caña”, una semana sí y otra también, un mes tras otro veía cómo progresaba y remitía el dolor y la apariencia del metatarso de mi pié derecho mejoraba a la carrera. La misma carrera que reemprendí cuando por fin me libré de mis dolorosas compañeras.
He de decir que este tratamiento lo he aconsejado en otros casos y también ha funcionado.

sábado, 1 de septiembre de 2012

UTMB 2012 - Segundo Día


Si ayer comenzaba la entrada con la ilusión y emoción de tener a mi amigo Vicent Ahís en la salida del UTMB 2012, hoy y desde esta mañana tengo que lamentar su abandono.
Cuando en la actualización de la web que hace el seguimiento de los corredores, dentro de la ficha del dorsal 3865, he visto la anotación c’est arrêté he sentido una puñalada “trapera” pero a buen seguro nada comparable con lo que habrá sentido él. Una vez más la meteorología ha podido con la ilusión, con la dedicación, esfuerzo y horas de entrenamiento que llevaba en su mochila.
Nadie como los que hemos tenido el placer de finalizar la carrera (él incluido) puede sentir el vacío que puede suponer no acabarla.
No se trata de un ultra-trail. Estoy hablando del Ultra-Trail.
A pesar de los pesares y lamentaciones, sin duda la grandeza de esta carrera está en la dificultad que ofrece la propia montaña a la hora de afrontarla.

En un intento, por parte de la organización, de poder llevarla a cabo salvando las previsiones meteorológicas se ha reducido su distancia hasta los 100 km, su altitud hasta los 5.800 m y el recorrido por los tres estados en tan sólo en un recorrido por tierras francesas. Aún así, es la naturaleza quien dicta sus propias reglas y ante ello y los imprevistos poco o nada podemos hacer.

viernes, 31 de agosto de 2012

UTMB 2012

Cuando estoy escribiendo esta entrada mi amigo Vicent Ahís se encuentra en el disparadero.
Las agujas del reloj se acercan inexorablemente a las 19:00 hora en que, en la localidad de Chamonix Mont-Blanc, está programada la salida del X Ultra-Trail du Mont-Blanc (con retraso debido al mal tiempo). 
Compartir pistoletazo de salida con algunos de los mejores especialistas del mundo no está al alcance de cualquiera y esta carrera lo permite y los runners lo agradecemos haciendo que en apenas nueve ediciones se haya convertido en un referente mundial de primer orden. En un gran objeto de deseo.
Entre los más de dos mil participantes sólo un objetivo: Cruzar el arco de meta después de 166 km y 9.500 metros de desnivel positivo que da derecho a ser poseedor de la prenda más preciada que exista para un runner montañero (Acaban de comunicar que debido al mal tiempo, reducen el recorrido y lo dejan en sólo 108 km por tierras francesas). Mucho más que la Sábana Santa turinesa. El chaleco que reconoce al Finisher. Más, mucho más ansiado que el Santo Grial.
En estos momentos Vicent está presente en la Place du Triangle de l’Amitié. Dispuesto a pasar por el arco de salida. Dispuesto a pisar la alfombra que registra el paso del chip. Dispuesto a dar rienda suelta a tantas horas de entrenamiento, a tantas horas de sacrificio. A lo largo del año he tenido la suerte de compartir con él y otros amigos dicha ilusión.
¡Que envidia me da! Sana, pero envidia al fin y al cabo.
Seguro que tenso, emocionado, nervioso, ilusionado. Si él no lo está (cosa que dudo) yo sí lo estoy.
Testigo de excepción en la capital de los Alpes franceses está su inseparable Puri. La ilusión y las ganas se destilan en pareja.
A más de mil kilómetros de distancia estoy sentado frente al ordenador. No estoy en cuerpo pero sí en alma. Mis dos presencias en esa misma situación en los años 2009 (con el propio Vicent y Bruno) y 2010 (esta vez sólo con Bruno) hacen que esté nervioso, emocionado y alterado. Sé lo que pasa por la cabeza de mi amigo. Él no sabe lo que pasa por la mía.
Busco la carpeta de música del disco duro de mi pc. No tardo en encontrarla. Aunque la lleve grabada en mi cabeza necesito volverla a oírla. En la Place du Triangle de l’Amitié suena Conquest of Paradise de Vangelis. A más de mil kilómetros también suena en mi pc, aunque mis sentidos sólo perciban…. música celestial.