viernes, 27 de agosto de 2010

UTMB 2010


Es viernes 27 de agosto de 2010. Ha pasado un año y parece que fue ayer (en esta ocasión sólo estamos Cul Roig y yo). Son las 17:20 y acabamos de llegar del Gimnasio de l’Ensa, de la localidad de Chamonix Mont-Blanc, en la Alta Saboya francesa. Venimos de dejar la bolsa con ropa y demás pertenencias que la "organización" llevará a la localidad italiana de Courmayeur para poder hacer uso de ella a la madrugada ¡Qué optimistas!
Nos volvemos a encontrar con la plaza que junto a la Maria Agustina o Maria Agustinova, más ha representado en nuestras vidas.
Las adversas condiciones meteorológicas están siendo protagonistas en el día de hoy y en nada se parece esta situación, a la vivida justo aquí en esta plaza hace exactamente un año. El cielo está tan encapotado que ni siquiera podemos distinguir la silueta del gigante granítico, de 4.810 m. de altura, que da nombre a la ciudad.
Después de las preceptivas fotos con la familia nos sentamos en el suelo. Comienza la espera y aunque hay mucha gente a nuestro alrededor nos sentimos solos (parece que no haya pasado el tiempo). Solos con nuestros pensamientos, con nuestros sentimientos, con nuestros miedos, con nuestra ilusión, con la emoción y sobre todo con el temor al mirar al cielo y ver que las nubes se van acumulando sobre nuestras cabezas y van cambiando a un color negro que no hace presagiar nada, pero que nada bueno.
Volvemos la cabeza y ni siquiera vislumbramos la casona de La Flégère. Las nubes ya se han adueñado del paisaje. ¡Parece que esto se complica!
Por megafonía hablan y hablan y siguen hablando. Presentaciones y saludos. Más presentaciones y más saludos.
Toma la palabra Madame Poletti y se hace el silencio. Aunque en francés, su alocución no deja lugar a dudas. Nos espera la llúvia, el frío y una carrera muy dura, por lo que habrá que extremar las precauciones y muy especialmente por la noche ya que la visibilidad y las bajas temperaturas a 2.000 m. unidas a un suelo embarrado y deslizante a causa del agua van a hacer que la edición de este año sea “apoteósica”. ¡Chachi!
Después de dos días soleados y espléndidos, el viernes ha salido muy lluvioso y todo se ha complicado (por primera vez en la vida se ha acertado con las previsiones. "Cagoenla").
Mientras esto sucede, nuestros amigos Tirant007 y Puri están dando buena cuenta de la CCC. Esta mañana han tomado la salida en Courmayeur con tanta o más ilusión que nosotros y a estas horas nos estan sirviendo de "ouvrieurs" y se encuentran sorteando el Grand Col Ferret (2.530 m.) con lluvia y mucho frío (según nos cuentan después). Son conscientes de la dificultad de la carrera que aunque más corta que el UTMB no está exenta de dureza, sino todo lo contrario. Durante la mañana CR ha estado pegado al ordenador siguiendo su periplo y teniéndome informado puntualmente de ello. No sabemos el tiempo que hace al otro lado del macizo de "il Monte Bianco" (se encuentran en el italiano Valle de Aosta) pero imaginamos que no debe de ser mucho mejor que el que nosotros estamos sufriendo en Chamonix.
Aquí en la Place du Triangle de l’Amitié consumimos el tiempo esperando las 18:30, hora fijada para la partida y mientras llueve finamente de vez en cuando. Comienzan a desplegarse algunos chubasqueros. Quizá la lluvia, aunque caprichosa, quiere respetar estos momentos de liturgia y plegaria.
Son las 18:25 y ¡suena la música! Vuelve a ser Conquest of Paradis de Vangelis la elegida para erizar nuestro vello. Para que una extraña sensación aflore en nuestra piel. Para que sintamos “un no se qué” recorrer nuestro cuerpo. ¡Adrenalina en estado puro!
Empieza la cuenta atrás: dix, neuf, vuit, ….. un, zero. ¡Comienza el baile!
Este año mi mujer y mis hijos han venido conmigo lo que hace que la salida sea mucho más especial. También está filmando cuanto sucede la mujer de CR, veterana ya en esto de situarse estratégicamente en las salidas para no perder detalle de cuanto sucede. Gestos de alegría y esperanza cuando pasamos frente a ellos.
Tan pronto como la anchura de la rue Docteur Paccard y la multitud nos lo permite, comenzamos a trotar.
Nos dirigimos a la salida de la población a una buena marcha. “¡¡¡Corre que venen!!!”
En el momento de la despedida, junto a los miles de aficionados y familiares que abarrotan las calles, alguien sin invitación se suma a la fiesta y no por esperada deja de ser desagradable: LA LLUVIA.
Me recuerda la aparición de la Hada Maligna en el bautizo más famoso de los cuentos de Perrault, en el que su amenaza se convertiría en el sueño más profundo y hermoso de una joven. En el sueño de la más Bella de las Durmientes sin que ni siquiera las Hadas Buenas pudiesen hacer nada para evitarlo. ¡Maldita Rueca!
Por el bosque camino de Les Houches comienza a arreciar y los chubasqueros se hacen imprescindibles.
En menos de una hora pasamos por la mencionada población sin parar. Los ánimos de los espectadores recargan los nuestros. Tomamos un vaso de cola sobre la marcha y desplegamos los bastones porque a la salida del pueblo tras un giro a derecha comienza la subida a Le Délevret. Primera “tachuela” de carrera situada a 1.776 m de altitud. 764 m de subida de una sola “tacada”. No está mal para “abrir boca”.
La lluvia, como el Guadiana, aparece (y de qué manera) y desaparece como queriendo recordarnos que está pendiente de nosotros. Se empeña en ser nuestra compañera de viaje. Oscurece y nos colocamos el frontal. Coronado el alto comienza la pista que alternada con sendas nos hará descender 1.000 m en 7 km. El terreno está resbaladizo. Parece una pista de patinaje. Me temo que esto va a ser muy, pero que muy divertido!!!
Tomando las debidas precauciones bajamos como podemos mientras los hay que parecen hacer Bobsleigh. Se deslizan perfectamente tumbados sobre el barro o la hierba. No importa la superficie. ¡¡Es que... mira que son!!
Se oye la megafonía del control de Saint Gervais. Esto nos da más alas si cabe. A pesar de las condiciones nos encontramos bien y estamos disfrutando de lo lindo.
El pueblo es un hervidero de gente apostados junto a las vallas de protección (por si les mordemos!!!) Allez Allez!, Súper! Bravo! Los más pequeños extienden los brazos mostrando las palmas de las manos para que las choquemos. Que boniiitooooo!!!
Llegamos al control (7 min. menos que el año pasado). Mucha, muchísima gente. También están los nuestros. Mi familia y la mujer de Cr también. Todo el mundo resguardándose de la lluvia bajo toldos. No observamos el estrés del pasado año en los corredores. Todos comen y beben tranquilamente por lo que entendemos que la lluvia y el frío hace que la gente se lo tome con más calma.
Se acerca un joven español a nuestras familias y pregunta:
- ¿Ahora que hacemos?
- ¿Cómo que qué hacemos?
- Si, como se ha suspendido la carrera…
- Que ¿QUEEEE?
Ahí estaba el motivo de tanta pasividad (pero si el juego pasivo se da en el Balonmano!!!) La carrera ha sido DETENIDA. S’ârret. La madre que….
¡Maldita Hada Maligna!
¿Como es posible? No. No es posible. Un momento. A ver, procesemos: ¿Que se ha parado?
Tantos preparativos, tanto viaje, tanto entrenamiento y tan apenas hemos podido disfrutar 21 km de lo que realmente nos gusta. NO ES POSIBLE.
Según se dice en el ambiente debido a las lluvias, en el Col de la Seigne (frontera natural con Italia) ha habido un movimiento de tierras que hace que la organización no puede garantizar la seguridad de los corredores y por eso han decidido parar la carrera. No hay vuelta atrás. SE ACABÓ. FINITO. FINITÉ. FINISH. Cago en la.
La montaña, junto con la lluvia y el frío, también ha vencido a nuestros amigos Tirant007 y Puri y han abandonado en La Fouly.
¡¡¡Fin i puchin. Tu cagant i jo fugint!!!
NOTAS:
  • Siempre he intentado ser respetuoso con las diferentes organizaciones ya que entiendo de la dificultad que este cometido conlleva y he de decir que en principio todo el mundo aceptó la suspensión. En mi caso lamento la decisión pero no tengo más remedio que acatarla ya que se trata de nuestra propia seguridad. Me guste o no me guste. Aunque seguro que nosotros hubiésemos seguido mientras hubiésemos podido. Como Rambo: ¡Nacidos para sufrir!No son las mismas condiciones de acceso y seguridad en una carrera urbana que en una de trail y la organización tiene en marcha 4 carreras a la vez con unos 5.000 atletas en la montaña a lo largo de muchísimos kilómetros lo que aumenta la dificultad en caso de problemas como el que ha creado este año la lluvia.
  • No estoy de acuerdo en que se haga una CCC Bis aunque entiendo que hayan corredores que han venido de muy lejos incluso salvando dificultades laborales, familiares, económicas… y supongo que éste “sucedáneo” al menos sacia el gusanillo de poder disfrutar de una carrera de montaña de estas características, ya que igual no puedan tener esta posibilidad en un futuro próximo.
  • No estoy de acuerdo en que se entreguen chalecos a todo el mundo ya que este hecho desvirtúa el sentido del propio chaleco. FINISHER es quien acaba dentro del tiempo permitido y si no, no es Finisher. ¿Acaso tiene algún sentido llevar una prenda con un significado simbólico de gran peso si no representa absolutamente nada?Ya que los chalecos no llevan el año marcado o grabado los hubiesen podido guardar y aquí paz y después gloria y el año que viene más.
  • No hubiese estado mal improvisar una o varias oficinas de atención al corredor en las lenguas más representativas ya que era un continuo ir i venir sin solución alguna, y con muchas dudas.
  • Nosotros fuimos Finishers el año pasado y aunque sentimos esta anulación la sentimos más si cabe por todos aquellos a quien ésta era su primera participación. Esperamos que puedan tener ocasión de volver otro año y poder disfrutar de la entrada en la Place du Triangle de l'Amitié.
  • A buen seguro ríos de tinta discurrirán sobre ríos de lágrimas de decepción pero por más que digamos o escribamos nadie nos va a devolver la ilusión, las horas de entrenamiento y de esfuerzo tanto físico como mental invertidos… en vano?
  • Un clavo quita otro clavo. El día 18 de septiembre a las 16:20 estaremos en el Matagalls para partir con destino a Montserrat. Moreneta, ¡¡¡tu la pagarás!!!

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